31 de diciembre “once again”. Sé que suena tremendamente trillado, pero es verdad eso de que el tiempo pasa volando. Uno no se da cuenta y nuestro pequeño planeta ya ha dado una vuelta alrededor del Sol una vez más. Eres un año más viejo y en muchos casos (el mío incluido) ves ante ti 365 días más en los que no tienes ni idea de que vas a hacer.
Este 2011 ha sido un año lleno de momentos dramáticos: la crisis económica, el terremoto en Japón, los recortes, el auge del PP, la muerte de Amy Winehouse y Steve Jobs, la boda de la Duquesa de Alba…
Pero bueno, no nos pongamos dramáticos. Hoy es un día de celebración, lo imponen los cánones sociales de la actualidad. ¿Y quien soy yo para ir en contra de lo que dictan las normas?
Por si no hemos tenido suficiente estos días pasados, hoy hay que reunirse de nuevo para realizar una cena pantagruélica que nos deje al borde de la indigestión. Después tendremos que intentar comernos las doce uvas de la suerte al ritmo de las campanadas, evitando morir ahogados en el proceso. Y acto seguido es imperativamente necesario salir de fiesta y beber hasta el coma etílico, ya que no hay mejor manera de empezar el año que una resaca de esas que hacen historia. Luego hay otras tradiciones como la de llevar ropa interior roja o beber champán con un anillo de oro en la copa, pero bueno, eso ya queda a elección del consumidor.
Este también es el momento en que la gente se piensa los conocidos como “propósitos de año nuevo”, una serie de objetivos a cumplir durante el año que empieza y que uno sabe perfectamente en el momento de planteárselos que jamás de los jamases va a cumplir. Como yo no puedo ser menos, compartiré con vosotros una lista de algunos de mis propósitos de este año. Si queréis podéis usarlos como inspiración para los vuestros o ponerme a parir por lo absurdo de ellos.
Eso sí, tendréis que esperar hasta mañana. Si la resaca me permite ponerme frente al ordenador, claro…
¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!