lunes, 14 de marzo de 2011

La Fórmula del Éxito

Bueno, bueno, ha pasado más de una semana desde la última actualización. ¿Me echabais de menos? Lo cierto es que estos días no han sido los más idóneos para escribir nada, tanto por falta de ideas como por falta de tiempo. Sin embargo, una vez que el Carnaval ha terminado y se han dejado atrás sus secuelas físicas y psíquicas, llegó la hora de ponerse de nuevo manos a la obra e inundaros con todo aquello que me apetezca contar y vosotros no tengáis el más mínimo interés en escuchar.
Y vuelvo a la carga hablando del mismo tema que en la entrada anterior: el Carnaval.
Quien más y quien menos, ha escuchado hablar alguna vez sobre el Carnaval de Sitges; un pomposo despliegue de carrozas, disfraces y música a todo volumen que, para aquellos que no salen disfrazados en alguna de las muchas collas, puede llegar a hacerse interminable. No nos engañemos, pese a encantarme el Carnaval, algún año que he tenido que ver el espectáculo desde la barrera me he cansado rápidamente de la procesión de carrozas y estoy convencido de que aquellos que habéis vivido esta situación en vuestras carnes estáis de acuerdo conmigo.
En el lado contrario están aquellos que participan en la rua, que se ven sometidos a un extraño fenómeno espacio-temporal que comprime el tiempo de tal manera que las horas que dura todo el recorrido parece que son unos cuantos minutos.
Pero bueno, antes de irme más por las ramas volveré al tema en cuestión que quería tratar. Y es que con el paso de los años, he podido ir comprobando como la temática de los disfraces de la mayoría de las collas ha ido encaminándose cada vez más a lucirse y enseñar carne que a buscar un disfraz original y divertido. Plumas, torsos desnudos, tangas microscópicos… llega el punto en que algunos disfraces parecen copias los unos de los otros a las que solamente se les ha cambiado el color. “¿De qué es tu disfraz? Fantasía de…” con este título se denomina a los diferentes disfraces que recuerdan muy vagamente a aquello en lo que se supone que se inspiran.
Tal ausencia de ropa, me hace pensar que los diseñadores de estos disfraces deben creer que estamos en Rio de Janeiro o en las Canarias, olvidándose que en realidad vivimos en la costa del Mediterráneo y que aquí, en febrero, acostumbra a hacer un frío que te cagas. Ojo, que a mí me parece perfecto ver a mujeres ligeras de ropa, pero bueno para su salud no debe ser (la hipotermia acecha, amigas) y, sin ánimo de ofender, hay quienes no están hechas (o hechos) para llevar según que disfraces.
Pero, por suerte, todavía se pueden encontrar collas que buscan la originalidad y la diversión. Su única pretensión es pasarlo bien y divertirse, nada más. Y pese a que tal vez cuentan con disfraces más sencillos, cumplen con creces su objetivo. Esta es la Fórmula del Éxito.
La verdad, prefiero llevar un disfraz que menos ostentoso pero que sea más divertido  y pueda liarla a gusto (impagable la mezcla entre Batman y violador de este año), que gastarme un dineral en un disfraz sin personalidad y que tenga como único objetivo el lucimiento personal. Sobre todo teniendo en cuenta que no hay tanto que lucir…


jueves, 3 de marzo de 2011

Alabem tots al rei dels poca-soltes!!

¿Cuando cae Carnaval este año? Se trata de una pregunta que todos hemos escuchado alguna vez que otra y es que la movilidad en la fecha  de esta festividad es algo que nos trae de cabeza a más de uno. No obstante, la espera ha llegado a su fin y tras más de un largo año, podemos decir que el carnaval ha vuelto. ¡Ya era hora!
Disfraces, carrozas, comparsas, merengadas, música en las calles y la impunidad para dar rienda suelta a las mayores locuras; todos estos elementos conforman un cóctel explosivo que convierte al carnaval en una de las mejores festividades del año.
Y es que uno, en carnaval, tiene carta blanca para hacer todo aquello que puede estar mal visto durante el resto del año. Mediante el uso de un disfraz, que siempre otorga algo de anonimato y te permite adoptar una personalidad diferente, y la mayor permisividad de la que hace gala la gente, estos días se convierten en una válvula de escape para soltar todo aquello que nos guardamos al no ser bien aceptado socialmente o simplemente porque no nos atrevemos a hacerlo.
Tampoco os asustéis, no tengo pensado matar a nadie ni nada por el estilo. Simplemente, en estas fechas me siento menos cohibido a la hora de hacer el gilipollas en publico. Dejaré que sea mi disfraz el que me lleve a mí y no la inversa. A ver donde acabo...
De modo que, amigos, dejad de lado la vergüenza, los prejuicios y todo aquello que suponga un lastre y preparaos para unos días de diversión, locura y desenfreno. ¡Disfrutad tanto como podáis!

Per Carnaval, tot s’hi val!!!


miércoles, 2 de marzo de 2011

Igualdad de pacotilla

Hace un rato estaba viendo la tele y ha aparecido una noticia que hablaba sobre la prohibición que acababa de imponer la Unión Europea sobre el hecho de tener en cuenta el sexo del conductor a la hora de contratar el seguro de un automóvil. Hasta el momento, las mujeres han gozado de un precio menor al de los hombres, pero a partir del 2012 esto va a dejar de ser así. Gracias a las denuncias de asociaciones de consumidores (originadas en Bélgica me ha parecido escuchar), el precio que pagan las mujeres se equiparará al de los hombres.
Lo cierto es que me ha parecido algo vergonzoso.
Según las estadísticas, las mujeres sufren menos accidentes que los hombres (el típico estereotipo de la mujer inepta al volante parece que es un mito, estimados misóginos) y por ello hasta ahora habían gozado de estos descuentos. ¿Por qué ahora quitárselos? Al igual que se debe pagar más por ser un conductor novel, ya que según otras estadísticas el riesgo de sufrir un siniestro es mayor, veo completamente lógico que si las mujeres suelen accidentarse menos también paguen menos.
Se supone que es todo una cuestión de igualdad.
En un mundo moderno y tolerante como el nuestro, en el que siguen dominando las actitudes machistas, se despide a embarazadas y hay mujeres que cobran un sueldo inferior por el simple hecho de ser mujeres, es inconcebible que aquellas que, según los estudios, se han demostrado como conductoras más prudentes, disfruten de beneficios en el seguro de su vehículo mientras que los hombres debamos pagar más.
No nos dejemos engañar por una cortina de humo como esta y observemos aquello que intentan escondernos. El leitmotiv presente en cada rincón de la sociedad de hoy en día. El único e inimitable Don Dinero.
¿Realmente nos encontramos ante un problema de igualdad? Muy bien. Bajad el precio de los seguros a los hombres para que paguemos lo mismo que las mujeres y listos. ¿Qué pasa, no os parece bien? Vaya por dios… Todo lo que sea ganar más dinero perfecto, pero si es a la inversa la cosa ya no pinta tan bonita.
Generaciones de mujeres que lucharon por sus derechos estarán removiéndose en sus tumbas al ver como aquello por lo que pelearon es utilizado como mera excusa para amasar dinero.
En fin, ante nosotros un nuevo y bochornoso capitulo del culebrón que es nuestra sociedad. Como de costumbre, intentando distraer nuestra atención de sus verdaderos propósitos mediante cuestiones importantes que convierten en simples señuelos que no engañan a nadie.
Hoy le ha tocado a la igualdad de sexos. ¿Qué será lo siguiente?