jueves, 22 de septiembre de 2011

Stupidly addicted

Hay veces en las que un vídeo o una canción absurda consiguen activar esa parte de nuestro cerebro que hace que nos volvamos adictos a ellos. Como la droga, necesitamos verlos o escucharlos una y otra vez, hasta la extenuación, y no por ello dejan de tener el mismo encanto que tenían la primera vez.
La ultima de estas adicciones la estoy sufriendo con lo que parece ser un anuncio promocional de Como conocí a vuestra madre, que utiliza imágenes y diálogos del primer capitulo de la séptima temporada para realizar un remix cuanto menos curioso. Aquí podéis verlo:


No se a vosotros, pero a mi me parece descojonante. Es darle al play y verlo una y otra vez; y en cada uno de los visionados me río tanto o mas que en el anterior.
¿Y vosotros? ¿También habéis estado enganchados? ¿Conseguisteis dejar el vicio o aún sufrís la adicción?

Mosbius Designs is failed... :(


martes, 20 de septiembre de 2011

Deus ex machina

La expresión Deus ex machina tiene su origen en las obras de teatro de las antiguas Grecia y Roma, a consecuencia de ciertos momentos en los que un dios descendía sobre el escenario montado en una grúa para resolver una situación muy complicada. En la actualidad, sin seguir una traducción tan literal, dicha expresión se utiliza para hablar de aquellas situaciones en las que en un libro, película, obra de teatro o serie de televisión aparece un elemento que resuelve la trama sin seguir una lógica con el argumento establecido hasta el momento.


Es cierto que hay veces en que algunas historias llegan a enredarse tanto que el introducir uno de estos elementos milagrosos se convierte en la única solución posible. Sin embargo, hay otras en las que se recurre a ellos como salida fácil, llevando la historia en cualquier dirección teniendo la seguridad de que, llegado el momento, aquello que resuelva la situación caerá del cielo.
Considero que el recurrir de manera excesiva a los Deus ex machina es algo que puede llegar a destrozar una historia. Si se llega a un punto en que eres plenamente consciente de que, suceda lo que suceda, la situación va a acabar resolviéndose en el ultimo momento y por arte de magia, el interés que uno pueda tener por aquello que esta leyendo o viendo desaparecerá por completo.
En la novela Misery, de Stephen King, el protagonista , Paul Sheldon, es secuestrado por Annie Wilkes, una fan desquiciada que le obliga a escribir la continuación de su saga de novelas más famosa. Puesto que al final del libro anterior Paul había matado a la protagonista, inicialmente intenta una salida Deus ex machina para traerla de vuelta. Este hecho enfurece enormemente a Annie, que considera que estos eventos son "hacer trampa" y que lo único que consiguen es destruir la historia, y acaba por castigar a su cautivo para que consiga salir de la situación en la que él mismo se había metido al final de la otra novela. Con esto no estoy diciendo que este bien llegar a los extremos de psicopatía de Annie, pero si que tiene algo de razón al sentirse estafada ante este tipo de situaciones. Y más aún si se convierten en una costumbre.
¿Vosotros que opináis?

domingo, 18 de septiembre de 2011

Ex Libris Vol.2 - A Dance With Dragons

Suele suceder que, cuando un libro (o colección de libros) es adaptado al cine o a la televisión, empiezan a salir fans incondicionales de debajo de las piedras. Parece como si la historia que se narra en la película o serie no existiera hasta ese momento y lo que suele suceder en realidad es que el producto cinematográfico resulta bastante inferior a la obra literaria. Es una lástima que, en la sociedad en la que nos encontramos, la afición por la lectura se esté perdiendo. La gente no descubre historias maravillosas por miedo a abrir un libro. Sin embargo, no voy a dedicarme a hablar acerca de esto. Tal vez otro día.
Todo este rollo me ha venido a la cabeza a raíz del último libro que he leído y he acabado hará unas pocas horas: A Dance With Dragons, de George R.R. Martin. Este libro, publicado el pasado mes de julio, es la quinta parte de la serie de novelas Canción de Hielo y Fuego, de la cual la primera parte, Juego de Tronos, fue adaptada a la televisión hace unos pocos meses (y bastante fielmente debería añadir).
Conocí la existencia de estos libros gracias a una compañera de la universidad y ya desde el primer libro me enamoré de la historia y de sus personajes: Tyrion Lannister, el enano hermano de la reina; Jon Nieve, el bastardo de la casa Stark; su hermana, la pequeña Arya; o la princesa en el exilio, Daenerys Targaryen; son solo algunos de los protagonistas con los que no tardas en encariñarte.
No voy a entrar en spoilers por si alguno de los que leáis esto tenéis interés en echar mano de los libros (o ver las siguientes temporadas de la serie de televisión…). Acerca del argumento tan solo diré, como ya se encarga de hacer el autor en la primera página del libro, que no se trata estrictamente de una continuación de la historia. Este volumen y el anterior, Festín de Cuervos, suceden a la vez en el tiempo, lo único que cada uno narra lo sucedido con unos personajes en concreto. Sin embargo, llega un momento en que A Dance With Dragons alacanza el límite cronológico establecido por su predecesor y continúa narrando la historia, trayendo de vuelta a algunos personajes que ya habían aparecido en el volumen anterior. Tal vez por este hecho podría decir que este quinto libro me ha gustado más que Festín de Cuervos, ya que prácticamente todas las historias narradas han sido las de mis personajes favoritos, mientras que en el cuarto libro tan solo aparecían dos de ellos.
Por si alguno se pregunta porque me he referido al libro con su título original mientras que al resto los he nombrado con el título traducido, se debe a que no he tenido espera a que lo tradujeran y me lo he leído en inglés. La lectura se hace un poco más pesada pero también va bien para no oxidarse después de mucho tiempo sin practicar este idioma. No sé cuándo llegará la traducción, pero de este modo la espera se hará más llevadera.
Ahora tan solo me queda esperar a que se publique la sexta parte, The Winds of Winter, para saber cómo continúa todo. Sin embargo, teniendo en cuenta que entre la publicación de la cuarta y la quinta entrega pasaron casi seis años, creo que la espera va a ser larga…


domingo, 11 de septiembre de 2011

Watch 'till you bleed

Setiembre.
El verano llega a su fin. Las playas empiezan a vaciarse, los guiris abandonan las calles de nuestros pueblos y el anuncio de la vuelta al cole del Corte Inglés nos avisa de que se aproxima la hora de regresar a las clases (aunque al menos este año parecen haberse percatado de que se trata de un hecho traumático y no algo con lo que regocijarse, y han decidido prescindir de una vez por todas de aquella horrible cancioncilla con la que llevan torturando a escolares durante muchos años para estas fechas).
E igual que los niños vuelven al cole, las diferentes series regresan a las pantallas de nuestros ordenadores para, durante una temporada más, intentar mantenernos enganchados con las nuevas vivencias de nuestros personajes favoritos. Pero es en este momento cuando más de uno se realizara la fatídica pregunta: ¿Es realmente necesaria una temporada más?


Y es que hay ocasiones en las que una serie llega a alargarse tanto, que las ganas de seguir viendo lo que les sucede a sus protagonistas son inferiores al desánimo que produce el descubrir como el argumento de dicha serie va degenerando más y más hasta convertirse en poco más que una sombra de lo que llegó a ser en algún momento. Los encargados de producir una serie deberían saber cuándo esta llega a un punto de no retorno en el cual, de seguir adelante con ella, está destinada a ir siempre a peor.
Hay casos en los que una serie va teniendo altibajos; una temporada es más buena, la otra no lo es tanto. Sin embargo, hay otras series que llegan a un final de temporada en el que, de darla por finalizada, esta se convertiría en una obra de arte con un final perfecto. Por el contrario, si se decide seguir con ella, pese a que los capítulos no sean malos, siempre se tiene el regusto amargo de que no llegan a la calidad alcanzada en ese momento clave.
Luego ya están aquellas series en que la dignidad se tira directamente a la basura y va degenerando más y más hasta dar vergüenza ajena, pero estos casos ya no se merecen ni que perdamos el tiempo hablando de ellas.
¿Vosotros que opináis? ¿Preferís que una serie dure menos temporadas pero que estas tengan mejor calidad o por el contrario os conformáis con ver a vuestros personajes favoritos por muy estúpida que sea la historia que estos nos cuentan?

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HA LLEGADO AL MÁXIMO DE PALABRAS QUE PUEDE LEER EN ESTE BLOG. ESPERE 45 MINUTOS PARA PODER SEGUIR LEYENDO.