El conocido Festival de Cine Fantástico de Sitges ha llegado a su fin, y pese a que hoy domingo continúen realizándose algunas proyecciones, ayer se le dio cierre con la gala de clausura y los distintos maratones. Y es por este motivo, ni corto ni perezoso, me dispuse a disfrutar de más de 7 horas ininterrumpidas de cine para despedir como se merece a una de los eventos anuales más importantes de mi localidad.
Empecé con la película que cerraba el festival, la precuela homónima del clásico de terror de John Carpenter “The Thing”. No voy a ocular el hecho de que hasta hace un par de días no había visto la original, tal vez por eso mis opiniones al respecto no sean lo suficientemente consistentes; fui a ver la precuela sin tener todavía muy digerida la cinta original.
El argumento es sencillo: Un grupo de investigadores encuentra una nave alienígena y su ocupante enterrados bajo el hielo de la Antártida. Decidirán desenterrar al extraterrestre para estudiarlo, pero lo que no esperarán es que esté siga vivo y, tras deshacerse de su prisión de hielo, se dedicará a cazarlos con la finalidad de poder escapar de ese lugar tan inhóspito. Y es que esa extraña criatura tiene la habilidad de replicar a los otros organismos, de manera que los supervivientes se verán inmersos en un juego de desconfianza en el cual no podrán fiarse de nadie y en el que su supervivencia estará en juego.
Lo cierto es que se nota que en esta precuela han querido aprovechar los avances en el campo de los efectos digitales, desde las diferentes mutaciones causadas por el organismo alienígena hasta una gigantesca nave espacial enterrada bajo el hielo, los responsables del film han buscado darle una espectacularidad de la cual la cinta original carecía. Habrá quien considere que la película original tiene más encanto puesto que logra crear una sensación de suspense y repulsión en el espectador mediante medios más limitados; tal vez es verdad. Pero por lo que a mí respecta, la nueva ha conseguido provocar en mi las mismas sensaciones y si los avances en el CGI han permitido lucirse más en lo que respecta a la criatura alienígena, por mi perfecto.
Conclusión: ¡una manera fantástica de empezar la noche!
Una vez acabada esta película, conseguí colarme de nuevo en la sala para poder disfrutar del maratón que se iba a proyectar. Tres películas y un corto que mantendrían a los asistentes en sus butacas hasta primeras horas de la mañana.
La manera de empezar con el maratón fue el corto italiano
Il Cavaliere Errante, una cosa rara que relataba como la Muerte perdía su guadaña y debía recuperarla para que la gente pudiese volver a morir. Pese a que, a mi parecer, la intención del director era la de rodar algo serio, lo único que consiguió fue provocar mareas de carcajadas entre el público en diversas ocasiones. Una Muerte que se dedicaba a ir de un lado a otro, recorriendo parajes sacados de documentales de la 2, y gritando de forma ridícula por la pena de haber perdido su querida guadaña o una extraña marioneta que representaba al poeta latino Virgilio y que ejercía de narrador de la cinta son algunas de las ridiculeces que causaron que los asistentes se tomasen a broma el inicio del maratón. Surrealismo en estado puro.
La primera de las películas con cara y ojos del maratón fue lo que hasta poco antes había sido una película sorpresa y resultó ser un film llamado Killer Joe, que hace un rato he visto que está basada en la obra de teatro del mismo nombre. En él nos relatan como una desestructurada familia de Texas contrata a un asesino a sueldo, un detective de policía llamado Joe, para que mate a la madre de familia y así poder cobrar el dinero del seguro. Dado que Joe cobra por adelantado y la familia no dispone de ese dinero, le ofrecen a la pequeña Dottie como fianza hasta que cobren el seguro y le puedan pagar. De este modo, se iniciará una extraña relación entre Joe y Dottie que acabará provocando que las cosas terminen muy mal.
Nos encontramos ante una película bastante dura, llegando a ser desagradable en algunos momentos. Sin embargo, a mí me acabó gustando y el rato que duró se me pasó volando. Una suerte que este film resultase ser la película sorpresa del maratón.
El siguiente film fue la aclamada Juan de los Muertos, una película de zombies realizada en Cuba que mezclaba el género de los muertos vivientes y el humor bastante bien. La historia gira en torno Juan, un cubano que dedica su vida a vaguear y a delinquir por las calles de la Habana y que ve como su mundo se trastoca cuando una epidemia de zombies infesta la isla. No obstante, decide aprovecharse de la situación y junto a sus amigos establece un negocio de exterminación de zombies.
La película no estuvo mal, conseguía arrancar bastantes risas debido a lo surrealista de algunas de las situaciones planteadas. Eso sí, a lo mejor soy yo el raro, pero en más de una ocasión me vi obligado a leer los subtítulos en ingles porque, pese a que la película estaba rodada en castellano, había momentos en que no entendía en absoluto lo que decían. Y, aunque luego he visto que tan solo dura hora y media, a mí se me hizo un poco larga.
Finalmente el maratón cerró con la española Lobos de Arga, un film que no se si pretendía ser de humor o de terror. Cuenta como Tomás, un escritor de tres al cuarto, llega a un pequeño pueblo perdido en la montaña, Arga, donde había vivido de pequeño, para ser nombrado hijo predilecto de la localidad. Lo que no sabe es que en realidad se trata de un complot urdido por los pueblerinos para poner fin a la maldición del hombre lobo que reina sobre el pueblo y que fue impuesta por una gitana a una de los ancestros de Tomás.
Como bien he dicho, aún no se si esta película se trataba de una comedia o si realmente intentaba ser un film de terror. Situaciones totalmente absurdas, incluso relacionadas con el hombre lobo, destruían totalmente la posible tensión que en algún momento pudiese haber causado la cinta. Alguna risa y no se hizo larga, podría haber sido peor.
En conclusión, la noche estuvo muy bien. Pese a que pueda haber parecido excesivamente crítico con las películas, lo cierto es que yo no voy al cine buscando la exquisitez técnica o argumental. Es más, tratándose de un maratón de diversas películas a altas horas de la noche, con que no me aburra ni me duerma ya cumplen de sobra. Y permanecí despierto y entretenido toda la noche.
Extraterrestres mutantes llenos de colmillos y tentáculos, parcas guadañofílicas, amas de casa feladoras de nuggets, estúpidos cazadores de zombies cubanos, y hombres lobo gallegos enclenques como ellos solos… ¡¡Una manera genial de ponerle fin al festival!!